La triste y tan común historia de un abandono
Fue justo antes de las Navidades, cuando alguien que conocía muy bien los horarios de una compañera, se cronometró para cuando la compañera llegara a casa, se la encontrara justo en la puerta de su casa. Una gatita joven de unos pocos años mezcla de siamés, cariñosa y muy muy casera, sin identificar y sin castrar. Horrorificada, no se movía del sitio. Desde el día 20 de diciembre esta gatita no para de hablar y no pide nada más que estar en brazos y se agarran tan fuerte y de manera tan intensa para que no la dejes nunca. Solo quiere estar en brazos y cogida.
Nos da muchísima lástima. Es la gatita perfecta para vivir sin más gatos en un hogar y que tan solo pide y da amor. Buscamos para ella una familia muy especial y que este dispuesta a quererla muchísimo. Con su nombre nos hemos quedado cortas.
La protección en todas las ventanas, balcones y terrazas es imprescindible.